Yo hashtag, tú hashtag, él hashtag

El auge de las redes sociales y su extraordinaria capacidad para compartir información está haciendo mella en la forma en la que hoy día vemos la televisión. Sentados correctamente en el sofá de nuestra casa (en pocas ocasiones, la verdad) o medio tumbados (esa posición me gusta más), tenemos la necesidad de tener a nuestro lado el smartphone, tablet o portátil como si de una prolongación de nuestro cuerpo se tratara para compartir nuestra tan valiosa opinión acerca de lo que estamos viendo en pantalla, ya sea, un programa de cotilleos, un partido de fútbol o una serie de televisión.

Las cadenas de televisión son conscientes del uso extendido de las redes sociales y como éstas pueden ser de gran utilidad para impulsar la interacción de los espectadores entorno a sus programas haciéndonos partícipes en el desarrollo de los mismos.

Ultimamente en nuestras pantallas podemos ver claros ejemplos del cambio que se está produciendo y es que muchos son los programas que introducen en sus directos la típica “mosca” que tiempo atrás era el logotipo de la cadena por el hashtag creado para la tertulia, noticia, partido o capítulo en cuestión.

Ver este icono en la televisión se convierte casi en un componente subliminal que de alguna forma nos empuja  a utilizar las redes sociales mientras vemos algún programa de televisión transformándonos en protagonistas indiscutibles del proceso comunicativo.

Como dato curioso, deciros que en el 2012, entre los «hashtag» más repetidos, fueron aquellos que se refirieron a los grandes eventos de actualidad, como #London2012, por las Olimpiadas en la capital británica, #Obama y #Romney, por su candidatura a las elecciones presidenciales en EE.UU., y #WhitneyHouston, por la muerte de la conocida cantante en febrero pero comentar, que el hashtag más popular del año fue #GangnamStyle, canción del rapero surcoreano K-pop que arrasó en Youtube.

Y tú, ¿haces uso de los hashtag cuando ves la televisión?

Se busca profesional con experiencia a precio de becario

Si desgraciadamente perteneces a la empresa que más empleados tiene a día de hoy (INEM), estás en búsqueda activa de empleo (tanto en medios on-line como off-line), posees entre 5 y 10 años de experiencia, te encuentras realizando algún curso o máster (para reciclarte y así optar tener más posibilidades) y tienes entre 35 y 45 años, siento informarte que lo tienes muy complicado para encontrar un trabajo que se ajuste a tu perfil con un salario digno.

Tras varias entrevistas de trabajo realizadas en los últimos meses y después de conversar con conocidos y amigos que se encuentran en una situación similar creo que tengo la potestad para afirmar que la empresa que en la actualidad está buscando a una persona para incorporarla en su plantilla por un periodo determinado o como colaborador eventual, exige que dicha persona cumpla los siguientes requisitos:

– Que sea pro-activa, bueno, no demasiado, no vaya a ser que la incorporación de nuevas ideas y críticas constructivas en los proyectos que la empresa está o va a desarrollar un un futuro cercano puedan resultar una amenaza para la estructura u personas que forman en la actualidad parte de la empresa.

– Con experiencia en el sector. Ojalá viviéramos tantos años como sectores existen, de esa forma nuestro abanico de posibilidades sería más amplio.

– Multitarea, es decir, que valga tanto para un roto como para un descosido.

– Buena presencia e interesante conversación. Más te vale ser agradable tanto a la vista como al oído.

– Implicación con la empresa, lo que se traduce en ¿horario, que horario?

– Salario acorde a su valía. Yo soy valiente, ¿pero tanto como aceptar un salario que apenas cubra mis necesidades básicas y mi depósito de gasolina o el transporte hasta el lugar de trabajo?

– Autónomo, que incorporar a alguien en plantilla cuesta un ojo de la cara, que estamos en crisis y el ser pedigüeño no queda muy bien.

Así que, si ha llegado a tu conocimiento alguna oferta de trabajo y cumples todos estos requisitos, estás de suerte,…. ¿o no?

Códigos QR hasta en la sopa

La presencia de los códigos QR en nuestras vidas está aumentado de forma considerable, tanto es así, que si preguntas a un familiar, amigo o conocido te dirán que sabe lo que es, aunque muchos de ellos no se molesten en utilizarlos.

Podemos encontrarlos impresos en diferentes formatos; marquesinas, vallas publicitarias, folletos, carteles, envases de comida y bebida, etiquetas de artículos de ropa, tarjetas de visita y muchos más que no logro recordar.

De repente se me agolpan diversas preguntas en mi cabeza:

1. ¿Realmente es necesario su presencia en todos estos formatos?

2. ¿Hay que incluirlos en todos los productos que consumimos?

3. ¿Qué ventaja supone el que me tome la molestia de escanear uno?

Sinceramente pienso que sin un toque de creatividad en el uso de los mismos  y sin un adecuado soporte físico donde insertarlos, ni tienen ni tendrán éxito nunca por nunca.

Un ejemplo de ello, la inserción de un código QR en una valla publicitaria colocada al lado de una carretera con gran afluencia de tráfico de coches sin ninguna zona peatonal. Caso real que me ocurrió hace un par de semanas.

¿Pero cómo quieren que escanee el código mientras estoy conduciendo? Decir que no existe ni congestión de tráfico ni semáforo alguno al lado de esta valla, dato importante a tener en cuenta. Tuve que parar en doble fila y así poder sacar la dichosa fotito.

Ejemplos como este seguro que hay miles. Mi conclusión, «Incorporar códigos QR por incorporar es tontería».

Estudiemos si el formato donde queremos insertarlo es o no el adecuado, si nuestro público objetivo tiene las herramientas necesarias para poder escanearlo y estudiar si la información a la que redirija el mismo tiene alguna ventaja para el usuario.

Si queréis probar a generar vuestro código QR personalizado, visitar la web www.unitaglive.com, es muy sencillo. Seguro que hay muchas más, pero yo he probado esta y me funciona, ¿y a vosotros?

Momentos «Q»

Creo, que a lo largo de la vida de todo profesional hay diferentes situaciones y questiones a las que debe hacerles frente, a todos esos momentos los he denominado «Momentos Q».Y, ¿por qué he elegido esta letra de abecedario para su definición? Muy simple, sigue leyendo.

Todo comienza cuando mi empresa, una consultora de marketing inmobiliario y en la cual trabajo durante más de 2 años como ejecutiva de cuentas, tiene que cerrar por diferentes motivos, uno de ellos, el estallido de la burbuja inmobiliaria.

Nunca olvidaré el día en el que los socios de la empresa nos reunieron a todos los trabajadores y nos dijeron, «chicos, la empresa tiene que cerrar» Puff, que sensación, el mundo se me cayó a los pies, ya no solo me iba a quedar sin trabajo, es que además, me iba a quedar sin el trabajo que tanto me gustaba y para el cual me había formado durante tanto tiempo.

La primera pregunta que me hice fue, ¿y ahora Qué? Pues sencillo, casada, con edad de procrear y tras algunas presiones familiares, me puse a ello, ¿por Qué no?.  Decir que no me arrepiento de la decisión que tomé, tengo un hijo maravilloso al cual adoro.

Desempeño el rol «Mamá 24 h» durante un largo periodo de tiempo, pero tengo que decir , que me considero una persona activa, a la que le encanta trabajar y aprender cosas nuevas y un día me planteo incorporarme al mundo laboral, momento difícil y aún más, por el marco en el que se lleva a cabo, la crisis.

Me pongo manos a la obra, actualizo mi currículum, activo alertas en diversos portales de empleo, llamo a empresas del sector y echo mano de contactos profesionales y conocidos. Resultado: Muy malo. Las empresas del sector o han cerrado o están disminuyendo plantilla o buscan un nuevo perfil, el de Community Manager.

¿Community Qué? Comienzo a indagar en el tema y me encuentro que el Community Manager tiene que realiza parte de las labores del ejecutivo de cuentas de toda la vida pero en versión on-line.

Y ahora toca formación, ¿Qué curso ó máster debo realizar? Me pongo a ello, realizo una búsqueda exhaustiva de cursos y másters on y off-line de Community Manager. Finalmente me decanto por un curso de iniciación para tantear el terreno.

Una vez finalizo el curso, entro como Community Manager «en prácticas» en el hotel Holiday Inn Elche y en el cual permanezco durante 5 meses.

Tras observar algunas carencias en el desarrollo de mis funciones, decido formarme aun más en este campo y realizar un máster semi presencial en el cual todavía estoy como alumna.

Ahora toca formación, leer lo que no está en los escritos, practicar todo lo aprendido y buscar personas y empresas que apuesten, aunque sólo sea en un 50% en las redes sociales y en la web 2.0 como canal de comunicación con sus clientes.

Creo que ya entendéis el por qué del título de mi segundo post

Y vosotros, ¿habéis tenido algún momento Q a lo largo de vuestra vida profesional?

¡Socorro!, tengo que hacer un blog

Proyecto pendiente desde hace meses y nunca realizado por diferentes motivos; falta de tiempo, creatividad bajo mínimos, no saber qué decir ó cómo decirlo,… se me ocurren mil y una excusas para haberlo dejado en el cajón de tareas pendientes durante tanto tiempo, pero «the time is out», llegó la hora de ponerle ganas, pensar en el contenido y plasmarlo de la forma más sencilla, amena, didáctica y creativa que se me ocurra. Todo ello, por supuesto, realizado con mucho cariño y humildad.

Llevo días pensando, ¿y de qué voy a hablar en mi blog? ¿qué línea quiero seguir? ¿será un blog con contenido personal o profesional? Muchas dudas me han embargado estos último días…, pero ¡ya está decido!, será un blog personal-profesional.  Me adentraré en el maravilloso mundo del social media y la web 2.0 y contaré todas mis vivencias de forma natural y a poder ser, didáctica.

Soy consciente de la existencia de bloggeros de prestigio que tratan temas de social media y web 2.o desde una perspectiva profesional, con contenido digno de admirar y de estudiar. Quiero dejar muy claro que la línea que voy a seguir en la elaboración de mis posts, (por lo menos durante este largo y arduo periodo de aprendizaje como community manager) no va a ser la misma. Soy consciente de las carencias que poseo en estos temas, y por ello, hasta que ese fantástico día llegue, hablaré de cómo estoy viviendo este periodo de aprendizaje, anécdotas que surjan en el camino y reflexiones y pensamientos personales acerca de este maravilloso y on-line mundo.

Habrá gente a la que le resulte interesante lo que tenga que decir y me acompañe en el este largo camino, otros que pasen de largo. Decir, que estoy dispuesta a recibir, críticas, recomendaciones y por qué no, tambien elogios, faltaba más.

Y para terminar este primer post, que por cierto, me ha costado horrores, agradecer a Javier Jiménez, magnífico orador y formador, por obligar a todos los alumnos del Curso de Dirección Comercial de Hoteles a elaborar un blog con el objetivo de desarrollar nuestra propia marca personal dentro del mundo del 2.0, sin él, creo que estas primeras líneas que van a salir a la luz no hubieran sido posibles.